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José Luis Heredia, Vicepresidente de Cajamar, analiza la recuperación del tejido productivo y su repercusión en la redistribución de la riqueza.

La desigualdad en España se ha visto acentuada, no solo durante la crisis económica, sino también durante la recuperación. Según el informe ‘¿Realidad o ficción? La recuperación económica, en manos de una minoría’, elaborado por Oxfam Intermón, la recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los ricos que al resto de la población y señala que la evolución del reparto de la riqueza en España confirma su “injusta distribución”, puesto que el 1% de la población más rica en España concentra una cuarta parte de la riqueza (25,1%), casi lo mismo que el 70% de la población (32,1%).

Contamos con José Luis Heredia Celdrán, Vicepresidente de Cajamar, la caja rural de origen almeriense que, con el paso de los años, ha crecido hasta convertirse en una de las entidades más significativas de España.

Velezano de nacimiento, con una experiencia profesional de 44 años en el sector financiero, siempre en la misma Entidad, en 2014 fue nombrado director general de Cajamar y dos años más tarde Vicepresidente de su Consejo Rector.

Ante el informe “¿Realidad o ficción? La recuperación económica, en manos de una minoría”, elaborado por Oxfam Intermón, y el dato de crecimiento en 2017 del PIB en España, de un 3,1%, sumando 4 años consecutivos de crecimiento continuado, ¿cree que el reparto de la riqueza generada es equitativo? ¿Se nota en el bolsillo de todos los españoles?
Todos los datos globales sobre distribución de la riqueza, con independencia del posible sesgo ideológico que puedan comportar, apuntan a que, en efecto, en los últimos años se ha retrocedido en términos de desigualdad. De hecho, los economistas hablan ya más de desafíos redistributivos que productivos, en relación con las sociedades del futuro. Hoy somos conscientes de que la desigualdad no es solo un tema de justicia social, sino que también afecta negativamente al crecimiento y al desarrollo económico.

Está demostrado que sociedades más equitativas generan un mayor y mejor desempeño económico que aquellas que presentan una mayor desigualdad. Y España no ha quedado al margen de este fenómeno. Con la crisis económica hemos asistido a un proceso de devaluación interna que ha tenido un impacto positivo en nuestra balanza comercial y, en general, en nuestra balanza de pagos.

Pero el coste ha sido muy elevado para las familias, que todavía no se están beneficiando plenamente del crecimiento de la economía española, pues partíamos de tasas de desempleo muy elevadas. La devaluación interna ha comportado una bajada de los salarios que ha tenido como consecuencia un deterioro del bienestar de las familias. No obstante, en la actualidad se ha abierto una etapa de crecimiento que tarde o temprano redundará en el bienestar de todos los ciudadanos. Nuestra sociedad, que es una sociedad desarrollada, tiene mecanismos para que esto ocurra. Las políticas públicas tienen que implicarse en este desafío, y cada uno de nosotros debemos hacerlo en nuestro ámbito. En nuestro caso, lo tenemos claro. Nuestro cometido desde Cajamar es seguir aportando financiación a los sectores productivos viables y muy pegados al territorio. Nuestra vocación ha sido siempre muy clara, seguir apoyando financieramente a la pequeña y mediana empresa y a los sistemas productivos locales, especialmente a los de base agroalimentaria, que son estratégicos para nuestra provincia.

Y, por supuesto, seguir apoyando a las familias almerienses con soluciones financieras adecuadas y adaptadas a sus necesidades. A nuestro juicio, esta es nuestra gran apuesta inclusiva y nuestra gran contribución a la sociedad. Y lo hacemos con humildad, contando con las personas y con sus proyectos, porque somos una empresa almeriense de nacimiento y residencia, y con una vocación por una economía social muy pegada al territorio y a los problemas de las personas de esta provincia.

¿Qué medidas adoptaría para que haya un reparto de la riqueza más igualitario?
El empleo, y especialmente el empleo de calidad, es el principal catalizador de una mejor y mayor redistribución de la riqueza. La pérdida de empleo ha sido el elemento más importante que ha contribuido a acelerar el incremento de la desigualdad en España; y será la generación de empleo la que permita recuperar los niveles de bienestar perdidos y una mayor y mejor distribución de la riqueza. Con una tasa de desempleo tan elevada, como la que hemos tenido, los grandes perjudicados han sido las capas más vulnerables de la sociedad. Sin empleo, aumenta la desigualdad en términos de oportunidades entre hombres y mujeres, se deteriora el sistema público de pensiones y se precariza el empleo existente. Por eso es tan importante diseñar políticas públicas adecuadas, y sobre todo tener presente que el sector financiero tiene que ser parte de la solución.

Casi el 14% de la población ocupada son personas que a pesar de tener un empleo, no logran salir de la pobreza. El 58% de ellas son mujeres. ¿Qué ocurre para que se arrojen estos datos? ¿Por qué afecta en mayor medida a las mujeres?
Recientemente, hemos visto cómo se ha movilizado nuestra sociedad reivindicando una mayor igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. En los últimos años se ha avanzado muchísimo en este ámbito, y en Cajamar lo estamos viviendo día a día, donde no solo el número de mujeres profesionales ya supera al de hombres en el conjunto de nuestra organización, sino que cada vez son más las mujeres directivas y ejecutivas que desempeñan puestos de responsabilidad.

Pero es muy cierto que todavía quedan muchos retos en nuestra sociedad que necesariamente pasan por la implementación de políticas públicas y más y mejores medidas que afectan directamente a la igualdad de oportunidades: gestión de la diversidad, gestión del conocimiento, gestión de la conciliación entre la vida personal y profesional, etcétera. Todos tenemos que seguir poniendo de nuestra parte para este gran desafío, evitando que sobre la mujer recaiga la mayor parte del esfuerzo en términos de precariedad laboral.

En la economía almeriense el sector agrario tiene un peso muy importante. La Fundación Cajamar promueve y organiza iniciativas que contribuyen al fomento de la investigación e innovación agroalimentaria. ¿Cómo repercuten estas iniciativas en el desarrollo económico de la provincia?
Nuestra gran apuesta en términos de acción social es el sector agrario, y, en concreto, en Almería se conoce muy bien, dado que Cajamar fue promovida y nació en su día creada por personas vinculadas a este sector de nuestra provincia. El sector agroalimentario ha dado pasos de gigante en los últimos años, convirtiéndose en un referente en términos de sostenibilidad.

Ha adoptado los cambios tecnológicos y productivos que la sociedad estaba demandando, y la agricultura bajo invernadero en nuestra provincia, en contra de lo que le pudiera parecer para quien no la conozca en profundidad, es un referente en sostenibilidad.

Por ejemplo, en Almería se ha conseguido que el sector haga producción integrada y producción ecológica cuando parecía que eran sistemas incompatibles con la producción intensiva; y asimismo es preciso resaltar que, el nuestro, se trata de uno de los sectores productivos más eficientes en el uso del agua y en el uso de materiales. Así, entre todos, hemos desarrollado un modelo sostenible de producción agropecuaria basada en el esfuerzo y en la innovación constante. Y en esa apuesta por la innovación hemos puesto siempre el foco en Cajamar.

Nuestra Estación Experimental es un referente a nivel mundial en innovación agraria, y el sector agroalimentario se ha beneficiado, desde el propio nacimiento de Cajamar, a través de la transferencia de conocimiento y tecnología instrumentalizada mediante cientos de proyectos de colaboración con otros centros de experimentación, universidades, iniciativas públicas y empresas privadas. Y pensamos que tenemos que seguir en esta línea. Es decir, contribuyendo a generar innovación y conocimiento para hacer posible en nuestra provincia el futuro de un sector aún más eficiente y sostenible.